Largada en El Pinar

Largada en El Pinar

La Argentina, en la década del ’50 contaba con el privilegio de ser el único país latinoamericano en tener una fecha puntuable para el campeonato de Fórmula 1 Internacional. Era un lazo iniciado luego de la Segunda Guerra Mundial, con la realización de carreras de Fórmula Libre (antecesora de la F1 Internacional). El retiro de Fangio y Froilán González, máximos protagonistas de nuestro continente en la categoría nos quitaba presencia internacional a nuestro flamante Autódromo «17 de octubre» de Buenos Aires.

Por entonces, era común que pilotos de nuestro país y de los limítrofes cruzaran las fronteras para competir en otros países en categorías de monopostos. Nuestro país contaba con dos fuertes categorías: la Fuerza Libre y la Limitada Mecánica Nacional; éstas eran mantenidas por un fuerte grupo de pilotos-constructores, principalmente de la provincia de Santa Fe.

Hasta que el uruguayo Asdrúbal Baynardo montó un Chevrolet V8 en un chasis de GP. Esto generó un avance, permitido por el reglamento que generaba que quienes tenían las condiciones económicas tuvieran veloces autos. Muchos pilotos de Sudamérica imitaron esta idea, naciendo en 1958 el Torneo Triangular Sudamericano que tendría a José Froilán González y su Ferrari 625-Chevrolet Corvette V8 como máximo exponente.

Así, hasta 1961 se disputó en Argentina, Brasil y Uruguay un certamen que reunía a grandes pilotos de Sudamérica, con autos muy similares a los F-1 Internacional. Se disputaba a lo largo del año una fecha en cada país, con la presencia de modernos autos de fórmula y en algunas ocasiones algún coche sport también de gran tecnología. Pero fue precisamente debido a los altos costos que el número de participantes se redujo y el certamen llegó a su fin en 1961, consagrando campeón a Ciro Cayres, con una Maserati con motor Chevrolet Corvette.

Facundo Galella